miércoles, 27 de junio de 2007

jueves, 14 de junio de 2007

¡Tortillera, lesbiana, párate quer te voy a matar!

En otro tipo de planeta en el que las personas fueran personas y no bestias, en el que cuidar la naturaleza estuviera en cada una de las leyes fundamentales o en el que la riqueza no fuera un juguete compartido por tan pocos crios (perdón, quise decir ricos) señores como Aquilino Polaino o José María Aznar serían payasos televisivos dignos de un programa del corazón de esos que embotan la mente y consiguen que nos cuelguen unas gotas de baba en la comisura de la boca.
Manuela y su pareja, jovenes, lesbianas y almerienses, han denunciado el acoso que sufren de sus vecinos (El Pais, jueves 14 de junio de 2007), por supuesto, por ser lesbianas. Llevan dos años sufriendo estos ataques y, pobrecitas, no pudieron aguantar más. Es una ley cercana al determinismo: si le tocas los huevos (o los ovarios) a un ser humano sin parar dicho ser acabará por estallar.
Hay tantas formas de discriminación que ya no merece la pena clasificarlas; simplemente dan ganas de apearse del mundo este. Y los homosexuales tienen que saberlo muy bien; junto con las mujeres, los comunistas/socialistas y los judíos (no los de ahora, claro, y menos los que están en Israel) son los llamados 'colectivos puteados' de la Historia. Si no se lo creen, sáquense el carnet de gay y váyanse a Polonia. Lo dicho, ¡qué mundo este!
Leí hace poco algo que me llamó la atención. Un hombre que trabajaba en movimientos sociales y hablaba sobre los inmigrantes (otro 'colectivo puteado') decía que: "no sólo tenemos que conseguir tolerancia, sino que tenemos que transformar la tolerancia en respeto". Está tan bien dicho que no creo que haya que añadir nada más. Sólo se necesita respeto.

Texto aportado por Publican

martes, 12 de junio de 2007

Becario=brazos+explotación

Esta mañana me encontré con esta noticia que reproduzco entera:
Becarios estafados
Tres profesores se enfrentan a penas de entre cuatro y seis años de prisión por apropiarse de las ayudas de ocho jóvenes

La acusación particular ha pedido seis años de cárcel para tres profesores de la Universidad de Sevilla por la presunta apropiación del dinero de ocho becarios, petición que se une a los cuatro años de prisión ya solicitados por el fiscal. El escrito de acusación del abogado José Alberto Monsalvete, en nombre de una de las becarias, solicita además la devolución a su clienta de los 10.852 euros que debió cobrar y el pago de 3.000 euros por daños y perjuicios morales, de cuyo pago hace responsable solidario a la Universidad "por un delito producido por personal dependiente de ella".

La fiscalía de Sevilla, por su parte, ha pedido cuatro años de cárcel para cada uno de los tres profesores, a los que acusa de apropiarse entre los años 2000 y 2003 de un total de 82.406 euros de ocho becarios, a los que contrataron dentro de un programa financiado por la Unión Europea. Según las acusaciones, el director del proyecto, M.P.P., profesor de la Facultad de Derecho, acordó verbalmente con los becarios una asignación mensual de 300 euros, pese a que las bases de las ayudas preveían una retribución de 1.322 euros al mes en la primera anualidad y 1.520 euros en las dos sucesivas.

La acusación se dirige además contra la esposa del principal imputado, también enseñante, y otro profesor que participó en un trabajo sobre la nueva organización del trabajo en Europa, coordinado por la Universidad sueca de Goteborg. Los ocho becarios, todos ellos recién titulados en Derecho y Estadística, dejaron de percibir entre 8.114 y 26.081 euros, según el fiscal. La acusación particular, además de los seis años de cárcel por un presunto delito de estafa para cada imputado, pide otros tantos años de suspensión de empleo y sueldo, y sendas multas de 4.320 y 2.160 euros por los delitos de estafa y malversación de fondos públicos.

"Gastos del proyecto"

Del pago de dichas cantidades hace responsable a la Universidad de Sevilla porque el delito fue cometido por "personal dependiente de ella" y además la institución "debía controlar todas las contrataciones realizadas". Según la Fiscalía de Sevilla, los tres acusados "pensaron, desde el principio, hacer suyos los 164.348 euros" previstos en el proyecto para los becarios y llegaron a elevar una consulta a la Universidad de Sevilla, que les respondió que la partida de personal solo podía destinarse a becarios y que el trabajo de los profesores no era retribuíble ni subvencionable, al ser personal de la Universidad.

Por ello, según el fiscal, idearon un plan consistente en abrir cuentas bancarias compartidas con los becarios para ingresar en ellas el importe de la beca, y explicaron a las víctimas que la diferencia era para "sufragar otros gastos del proyecto y remunerar a otros participantes". Este caso fue denunciado en el juzgado por la propia Universidad de Sevilla al recibir la primera queja de una becaria, y posteriormente se unieron otros hasta totalizar los ocho becarios que comparecerán en el juicio como testigos y afectados.

Enlace en: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Becarios/estafados/elpepusoc/20070611elpepusoc_2/Tes


Por supuesto, esta no es ni será la única noticia que hallaremos sobre el tema, sólo una de las más espectaculares. Nuestra inteligencia análitica debería llevarnos a ver todos esos casos que se encuentran detrás de la cortina de humo; contemplar a todos esos jóvenes que salen de la carrera o están en los últimos cursos y cuya única oportunidad para mantenerse en el mercado laboral de la profesión que escogió para estudiar es la de dejarse "esclavizar" por un superior en la pirámide jerárquica. Horas laborales no remuneradas, actividad ilegal (realizar horas de práctica, horas lectivas a alumnos...) e incluso, apropiación de la propiedad intelectual (estudios, trabajos, investigaciones literalmente usurpadas por otros...). Todo ello con la inseguridad de que mañana o pasado mañana uno puede ser expulsada o expulsado.
Lo peor de esta situación no es su existencia sino su permisividad. Hora es de que se haga un análisis en profundidad sobre el tema y se legisle en consecuencia.
pero no seamos estrechos de miras. El problema no son los becarios; es el propio sistema educativo de este país. Pero tampoco; es el sistema educativo unido a la política laboral. Y tampoco; es el sistema educativo unido a la política laboral y recubierto por un sistema productivo que obliga a la precarización a cambio de aumento económico, un sistema que obliga a la más fiera competitivad y a la renuncia de derechos a cambio de mayor productividad.
No nos desviemos, hablamos de los becarios precarios. Una situación que debe ser remediada lo antes posible, pues con las tendencias que se dan actualmente, lejos de resolverse, se incrementa progresivamente.
Ante ello, ¿qué cabe reivindicar? Primero un reconocimiento legal de los derechos de los becarios (El Personal Investigador en formación y Perfeccionamiento); La sustitución del actual sistema de becas por contratos laborales; y, por tanto, un aumento drástico de la inversión en I+D y en la Educación en General. Todo esto debe ir unido, por supuesto, a una inversión fuerte y decidida en la creación de puestos de trabajo.
Grandes pasos que deben ser reivindicados por todos los movimientos sociales a las instituciones gubernamentales. Grandes pasos para un gran problema que reclama solución.

Texto aportado por Publican